En México la pobreza y la desnutrición crónica propician deficiencias en la adquisición de aprendizajes clave; Rafael de Hoyos Navarro

El experto del ITAM y del Banco Mundial participó en la Cátedra Rodolfo Alfredo Tuirán Gutiérrez del SEMS

En México hay una economía que en los próximos 30 o 50 años, en el mejor de los casos, va a estar trabajando al 60 por ciento, porque ya se perdió 40 por ciento del potencial de crecimiento, productividad y desarrollo social, puesto que no a todos los niños se les ha dado la oportunidad de tener acceso a una buena salud y educación, afirmó el economista de educación para América Latina del Banco Mundial, doctor Rafael de Hoyos Navarro.
 
El experto que también es docente de posgrado en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) impartió la conferencia: “Estrategias directivas para mejorar la calidad de los aprendizajes en estudiantes”, en el marco de la Cátedra Rodolfo Alfredo Tuirán Gutiérrez para la Formación Directiva del Sistema de Educación Media Superior (SEMS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

De Hoyos Navarro lamentó que el 12 % de los niños, los más pobres, padecieran, aun en la actualidad, de desnutrición crónica, y explicó que eso significa que en el futuro muchos adultos no podrán contribuir a la productividad, el crecimiento económico y el desarrollo social del país, “la desnutrición crónica impacta neuronalmente y afecta para que no se generen procesos de aprendizaje. Propicia deficiencias en las conexiones neuronales y esto hace concluir que uno de los vacíos en la educación radica en la pobreza de las familias ya que la mala alimentación merma en el aprendizaje”.

Reflexionó que si se piensa en los retos más importantes de México, el primer lugar destacaría el de la pobreza, ya que se contabiliza un aproximado de 52.4 millones de personas que viven de manera precaria en el país. Eso impacta en la obtención de aprendizajes que es el rubro en el que México presenta uno de los déficits más importantes en términos de formación de capital humano. Si se padece, por ejemplo, desnutrición crónica no se estará apto para desarrollar saberes claves en la formación.


Añadió que México es uno de los países más desiguales del mundo en una de las regiones más desiguales del mundo, que es América Latina, y dijo que es un reto proveer aprendizajes mínimos para todos.


El académico precisó que aparte de las problemáticas crónicas y sistemáticas a las que se enfrentan los niños pobres con respecto a la alimentación y el desarrollo integral,  algunos de ellos, al incorporarse a la educación escolarizada encuentran un sistema educativo que no compensa esa desigualdad de origen, y esta persiste a lo largo de los años y se va acarreando.

Expuso que: “El bajo capital humano de los padres de un niño ocasiona que éste padezca pobreza; y al no haber un sistema educativo que rompa la transmisión generacional de la pobreza, el menor, cuando es adulto, tiene bajos niveles de habilidades, y cuando va al mercado laboral encuentra trabajos precarios, de bajos ingresos y la desigualdad se perpetúa de generación en generación” y subrayó que la falta de aprendizajes es el factor más importante que está detrás de la falta de capital humano, que afecta el crecimiento económico y la acumulación de riqueza.


¿Qué es lo que no aprenden?, preguntó: que más del 70 % de los jóvenes que estaban terminando la secundaria no respondieron a un problema de división; la pregunta tenía opción múltiple, y el resultado podía deducirse a simple vista; no se tenía que hacer un cálculo específico para saber cuál era la respuesta correcta.


Otro dato que mostró y al que es importante prestar atención es que el 66 % de los jóvenes que terminan la educación media superior lo hacen en nivel 1, que antes era etiquetado como insuficiente, en el caso de Matemáticas. “con esto, el futuro laboral de estos niños y jóvenes es incierto al no saber resolver problemas cotidianos utilizando operaciones matemáticas básicas (suma, resta, multiplicación y división)”, declaró.


Dijo que la educación y los aprendizajes no sólo son importantes para determinar el futuro laboral y económico, sino que están relacionados con mejor salud, mejores decisiones en términos de proyectos de vida, participación democrática, preferencias por la solidaridad y por políticas más democráticas; y en el plano de lo colectivo, los aprendizajes están vinculados con menor pobreza, menor desigualdad en el ingreso, mayor crecimiento económico y más movilidad social.


La educación tiene todos estos beneficios, pero solamente si nuestras niñas, niños y jóvenes adquieren los aprendizajes necesarios, que son una base para el crecimiento laboral y personal futuro, sostuvo De Hoyos Navarro.


Apuntó que de los más de 52 millones de pobres que hay en México, alrededor de 15 millones de niñas, niños y jóvenes que están escolarizados provienen de ese indicador y son aquellos que no adquieren los niveles mínimos de aprendizaje.

Especificó que poco más de la mitad de toda la matrícula de educación, desde preescolar a la media superior, no está adquiriendo los aprendizajes mínimos necesarios, y cada año el nivel medio superior se vuelve el punto donde casi 600 mil jóvenes abandonan la educación.


Bajo este contexto, señaló que una figura clave que puede ser el agente de cambio en las escuelas de bachillerato puede ser el director, quien tiene que estar convencido de que mejorar los aprendizajes es parte de su responsabilidad y del colectivo docente, ya que todos tienen el derecho y la capacidad para aprender, “el director debe ser un líder pedagógico”, aseveró.


Marcó que una de las estrategias es la gestión basada en datos, y agregó que medir los aprendizajes no es suficiente para mejorarlos. “Medir los aprendizajes tiene el potencial de mejorarlos siempre y cuando los resultados sean utilizados en una estrategia diagnóstica que llegue a las escuelas”, expresó.


“Esto que parece casi obvio: utilizar pruebas estandarizadas para identificar escuelas que tienen peores resultados para que reciban ayuda, y dentro de cada escuela identificar cuáles son las áreas curriculares que presentan el mayor reto, es lo que han hecho dos subsistemas educativos a nivel básico más exitosos de toda América Latina; uno de ellos está en el noreste de Brasil”, abundó De Hoyos Navarro.


El otro caso sobresaliente está en Puebla, con los resultados más altos en conocimientos de Matemáticas y comprensión lectora en 2017. “Los niños en esa entidad aprenden mucho más en comparación con los niños en Nuevo León, a pesar de que estos tienen un estatus económico más alto”, informó.

Como ruta de intervención, De Hoyos Navarro sugirió que es importante tomar una guía de cuatro pasos que son: la gestión basada en datos, la observación de los procesos que se propician en el aula y retroalimentación (coaching), las tutorías y la enseñanza personalizada.

Desgajó cada punto y refirió que medir los aprendizajes no es suficiente, se tienen que comprender esos indicadores y que propicien la creación de estrategias que orillarán a intervenir; sobre la observación de los procesos en el aula dijo que el director al ser un líder pedagógico también debe contagiar de su visión educativa al cuerpo docente y aprender y orientar basado en su propicia experiencia académica.

Sobre las tutorías dijo que dos horas a la semana en grupos de jóvenes con bajo rendimiento se ha visto una mejora sustancial, incluso en la admisión a la Universidad de los implicados así como en la incorporación al mercado laboral, por eso, expuso es que es necesario contar con esta figura y proceso que atienda personalmente al estudiante y se acompañe adecuadamente de herramientas tecnológicas que son un gran aliado, no el responsable clave en la educación.

Concluyó que para transformar la evidencia en un programa, cada núcleo educativo debe: conocer los recursos y herramientas con los que se cuenta, identificar a los alumnos con rezago, llevar a cabo tutorías en grupos pequeños, evaluar y monitorear regularmente y compartir experiencias al interior y exterior de la escuela.


Por su parte, el coordinador general Académico y de Innovación de la UdeG, doctor Carlos Iván Moreno Arellano, habló de De Hoyos Navarro como un experto en temas académicos de alto rigor científico y metodológico, conocedor en la gestión de la educación media superior.
 
“La Universidad se congratula de que Rafael de Hoyos Navarro haya aceptado esta invitación para charlar con las y los directores, coordinadores y coordinadores académicos del SEMS, el sistema de educación media superior más grande del país, con más de 160 mil estudiantes y una comunidad activa y vibrante en nuestras preparatorias”, dijo.


El secretario académico del SEMS, maestro Ernesto Herrera Cárdenas, resaltó la importancia de que el barco de la educación no se detenga a pesar de la pandemia. Asimismo informó que hace un año fue creada esta cátedra como una manera de honrar la memoria del doctor Rodolfo Tuirán Gutiérrez, con el objetivo de intercambiar ideas sobre el futuro de la educación media superior, particularmente en la UdeG.